Comedia dramática del grupo Los impacientes. Martes 21hs en Espacio Callejón. Humahuaca 3759. TE 4 862 1167

Prensa

CONTACTO:

Laura Brangeri. LBB Prensa 
lbbprensa@yahoo.com.ar
http://lbbprensa.blogspot.com.ar


PUBLICACIONES



























http://teatrosargentinos.blogspot.com.ar/2016/03/estreno-la-vida-probable-de-pablo.html

http://www.revistasaverio.com/2016/04/03/la-vida-probable-desde-el-5-de-abril/


CRÍTICA. SPECTAVI. Por Jesica Guarrina

https://spectavi.wordpress.com/2016/04/08/la-vida-probable/


En La vida probable existe una necesidad imperiosa de que se alcance cierto nivel de excelencia actoral. De lo contrario, no se podrían apreciar los detalles de la dramaturgia, los giros linguisticos, los chascarrillos, los cambios y evoluciones en las voces de los diferentes personajes…en suma, las ideas rectoras, pero subliminales, de la obra. Tal es así, que cada uno de ellos se constituye como cuerpo, voz y movimiento en escena. Se diferencian unos de otros y, simultáneamente, conforman una unidad expresiva al servicio dramático de la obra. Notamos una comunidad de amigos, una homogeneidad y, a la vez, ciertas especificidades correspondientes a cada personaje/actor. Repito: el logro en el trabajo actoral, pieza clave en el despliegue exitoso del espectáculo, se percibe de manera contundente. En algún punto, en ciertas ocasiones, no sabemos si estamos lidiando con personajes ficticios, salidos de la cabeza de un buen dramaturgo, o con personas reales: cada uno de los cinco miembros de este grupo de amigos, próximo a emprender su viaje de retorno a sus casas luego de una cena íntima, asume su nombrereal. Ello lleva a preguntarnos si los rasgos de personalidad, características y demás atributos de individualidad también pertenecen o no al espacio ficcional.
En contraposición a esta particularidad mencionada, la obra se construye a partir de una suerte de concatenación de relatos que nuestros personajes van narrando y entretejiendo argumentalmente – ya sean éstos provenientes de noticias y crónicas pertenecientes al ámbito periodistico, de anécdotas y experiencias de vida variadas o de sucesos específicos de la vida cotidiana- y que revisten como principal objetivo, tal parece, la evasión de la propia realidad personal. Resulta como si se estableciera cierto juego entre conjuntos dramático-conceptuales dicotómicos: por un lado, nos centramos en una situación de “charla de amigos íntima”, descontracturada, en la que prima la confianza y los lazos fraternales; por el otro lado, en ningún momento de la obra, se habla de uno mismo ni de la propia realidad circundante. Solo en breves intervalos de complicidad con el espectador, César, Luciana, Federico, Diego y María, apoyados en algunos datos biográficos, van presentando a sus compañeros.
Extraña paradoja ésta, que parece manifestar o reflejar un aspecto fundamental de esta nueva era social/virtual por la que atraviesa la humanidad. Nuestros amigos logran “abrirse”, mostrar sus temores, contarse sus “secretos”, relajarse y experimentar estallidos emocionales. Sin embargo, se habla del afuera, del Otro desconocido, del Otro impersonal.

Haciendo uso del desnudo, del acto cotidiano del desvestirse, como metáfora del anhelo de liberación; cada uno de nuestros personajes busca salirse, de algún modo, del grupo opresor, de la mirada ajena y, por ello, juzgadora. El “que cada uno haga la suya”, estandarte promulgado por Diego en una escena clave del espectáculo, parece erigirse como una urgencia social actual. A la vez que nos sentimos con derechos de ejercer dominación y de emitir opinión acerca de los actos de un Otro; también vivimos y revivimos ese sentimiento tan conocido de individualidad separatista. Los viejos lazos de comunidad familiar, fraternal y de amistad parecen disolverse. Y dicha disolución se expresa en parlamentos como ese. En pocas palabras, parece que esta obra nos remonta a esos antiguos debates del campo de la filosofía y, más tarde de la sociología, de S.XIX; esos debates por la lucha de la diferenciación conceptual entre “comunidad”, arcaica, aldeana, pueblerina, –humana…..¿o de hormigas?- y “sociedad” moderna, atomizada, anómica e hipócrita.


CRÍTICA. Hendidura teatral. Por Sergio Di Crecchio

http://www.glennmillershow.com.ar/publicidad/hendidura.htm

Si uno a cierta edad ya madura destina un tiempo a un encuentro es producto de una empatía con ese entorno y por ende fija pautas de convivencia propias. Las mismas son códigos que se asemejan a una marca de agua en la cual no hay discusión, tal vez un cambio de ideas secundarias. La finalidad del encuentro es compartir un momento. La vida probable es un claro ejemplo de lo expuesto anteriormente.
A partir de ese puntapié inicial se produce un rizoma. Un contexto que nos ¨empapa¨ de datos propios del grupo. Todos se conocen de hace tiempo, algunos ya no están y otros ingresaron más tarde ya que en las fotos no aparecen. La cena, el vino,  café, los juegos de mesa, la música, las historias los unen. La información es abundante. Pareciera que hace tiempo que no se juntan pero todos tienen ganas de partir pero algo personal y a su vez también grupal se los impide ya sea por el mundo exterior o interior.
Todo relato pasa a ser sinónimo de peligro. Diferentes hechos zonales y climáticos nos posicionan en una tragedia, estos hechos no pueden ser modificados ya por ellos debido a que no participaron. De hecho ni estuvieron presentes, son relatos, son suposiciones. Pero sí estuvieron presentes en otros o participaron en primera persona en los cuales no se arrepienten. La autocrítica no es una opción y si lo es no se comparte.
Lo cierto es que este peligro permanente los paraliza, los desnuda frente al destino, sus vestimentas como así también las defensas psicológicas, culturales y físicas se debilitan al paso de cada minuto, cada hora. La noche avanza y ellos ya saben que sólo resta esperar el desenlace final de la mejor manera.
Las buenas actuaciones hacen que el excesivo texto no quede en primer plano a lo largo de la obra como único recurso. Los elementos escénicos son los justos y necesarios ya que ayudan a no cargar de más estas historias.


http://marcelacoronel.com/2016/04/14/se-estreno-la-vida-probable-en-el-espacio-callejon/


Nota agenda a Pablo Caramelo en Chapurreando por Radio Conexión Abierta (23/4)




CRÍTICA. Escenarios Nacionales. Por Pablo Lancone
  http://escenariosnacionales.blogspot.com.ar/search/label/Mirada%20La%20vida%20probable


La vida probable


Un grupo de cinco amigos (Diego López Domínguez, Federico Iglesias, César Riveros, Luciana Serio y María Viau) se preparan para irse después de haber cenado en la casa de uno de ellos. Pero en ese instante, algo los detiene. Y en el retraso de esa partida sucede "La vida probable".
En ese lugar, un campo perdido en la provincia de Buenos Aires, en medio de la noche, fría por momentos, calurosa por otros, surgirán varias charlas. Conversaciones que se prolongarán, y que hablarán de lo que son, y de lo que fueron, entre novedades de diario de pueblo, y una invasión de hormigas.
¿Qué los detuvo? ¿Por qué siguen allí? ¿Que esconde esa espera?
La sucesión de relatos arman las líneas de la obra, con una dramaturgia bien trabajada por Pablo Caramelo, quien supo ser preciso en las marcaciones que los texto requieren. Las interpretaciones de los cinco actores se retroalimentan, las individualidades así se suman para dar solidez al grupo, que juega de forma interesante en el espacio.
La compañía “Los impacientes” se formó en 2013 con un grupo de actores egresados de la Universidad Nacional del Arte (UNA). El grupo, que en 2015 estrenó “La vida compartida”, reconoce cierta inquietud por indagar en la retórica, los cuerpos, y los sujetos. Y así lo demuestra, con un buen trabajo logrado, también con esta obra.



Nota a Pablo Caramelo. Por Adriana Santa Cruz para Leedor


“Fortalecer la palabra para sobrevivir”, entrevista a Pablo Caramelo












Todos los martes se presenta  La vida probable –Elogio de la conversación amistosa en los vaivenes de la historia argentina contemporánea con dramaturgia y dirección de Pablo Caramelo. Un grupo de amigos se dispone a partir, después de haber cenado en casa de uno de ellos, pero un augurio los retiene en la casa, y allí surge una conversación que conformará la obra misma.
Pablo no solo nos habla de la comedia y del proceso que llevó a ponerla en escena, sino también del trabajo que realizó con su Compañía Los Impacientes.
¿Qué antecedentes literarios podés mencionar para La vida probable? Pensaba, por ejemplo, en un libro como el Decamerón de Bocaccio o tantos otros textos en los que el diálogo y el compartir historias son los ejes sobre los que gira la historia.
Efectivamente, el Decamerón es un modelo inspirador personal, como también las Mil y una noches, o los Cuentos de Canterbury: la narración como garantizadora de supervivencia en un contexto difícil u opresivo. Siempre me pareció una experiencia primordial y artísticamente estimulante. En ese sentido, también me interesó mucho para la condición escénica, la figura de los mensajeros de la tragedia griega, poco menos que reporteros que con su elocuencia vuelven presente acontecimientos ausentes y desmesurados, imposibles de representar.  En el caso de nuestra obra, no solo trabajé con la proliferación de relatos sino también con la condición del silencio que los posibilita: un silencio concreto, material, cenagoso. También en eso el Decamerón es un modelo: afuera esta la peste o alguna distopía similar, y hay que fortalecer la palabra para sobrevivir. Debo decir que también en esta indagación fue importante, para definir el tipo de personajes, El hombre sin particularidades de Musil y también el tratamiento de la amistad en la obra de Saer. Pero no quiero dejar de mencionar que es una comedia y desde ese punto de vista, también son importantes para mí esos “textos” que se llaman Tognazzi, Gassman, Alberto Sordi.
Se habla de una dimensión existencial del diálogo, ¿qué importancia le asignás vos a la conversación en una sociedad como esta en la que vivimos?
Creo que en el teatro contemporáneo se asume cierta crisis del diálogo como dispositivo iluminador de la verdad. Y en ese sentido, no dejo de ser contemporáneo. Creo que me interesa el diálogo en condiciones extremas, siento que hay que expresarse menos,  recuperar el balbuceo, el tanteo del propio lugar, fragilizar la posición desde donde intercambiar nuestras experiencias. La otra cuestión es que La vida probable tematiza de qué modo los cuerpos están atravesados por la retórica, en este caso la noticia periodística, y cómo esos sujetos trajinan intentado producir alguna metáfora personal.
Cómo se da en esta obra ese propósito que se plantearon desde la Compañía Los Impacientes: el de la historia que atraviesa la vida de los personajes?
La historia argentina contemporánea es, por sobredeterminación o déficit, la historia del peronismo. Hay cierta postulación geopolítica en la obra: los lugares, las calles, los pueblos remiten en su mayoría a los avatares del peronismo. Y como trabajamos con noticias, claramente aparecen mencionados dramáticamente episodios de los últimos setenta años del país
¿Cuál fue la primera imagen que se te vino al pensar la puesta en escena?
Una mesa que pudiera ser a su vez algo similar a esa calesita infantil que hacen girar los chicos mismos sentados. Creía que había que girar, marearse, ocupar el perímetro y nunca el centro. También me gustaba la idea de una sobremesa de amigos donde todo hubiera sido ya dicho y sin embargo recién entonces, sobre ese agotamiento,  se instalara cierta interpelación, cierta presión de la conversación. Y encima de ellos el día languideciendo, obligándolos a correr la mesa para salir de la sombra y continuar hablando. De esas imágenes, quedó un deslizamiento metonímico de las escenas y el paso de la luz a lo largo de las estaciones.
Detrás de la escritura de esta obra hay todo un trabajo previo con los actores, ¿cómo sintetizarías esa etapa?
El ensayo es para nosotros un acontecimiento existencial: uno se encuentra por primera vez con alguien a quién conoce mucho en una pura potencialidad. Pero no sabe casi nada. Menos aún en este caso donde yo solo tenía hipótesis muy primarias y algunas noticias periodísticas para empezar a probar su resistencia escénica. Pero no había ni situaciones, ni peripecia dramática, ni personajes previos. Impulsos escénicos, poéticos, amorosos. Ojalá que eso se perciba en el espectáculo, así como lo mostramos. Creo que sí.
El espacio y el tiempo son dos elementos importantes en La vida probable, ¿por qué elegiste la pampa bonaerense?
Soy de Junín. Sin pretender cierto aprovechamiento biográfico de la experiencia, me permitió desarrollar algunas intuiciones personales sobre la percepción de la historia argentina y de la Metrópolis desde el interior. También tomamos noticias de diarios bonaerenses con su peculiar sintaxis y estilística. Eso ya nos invitaba a una manera de hablar y a expresar otras condiciones de percepción de lo real.
¿Cuál es el la concepción del tiempo que nos ofrece la obra?
El tiempo es fundamental en la obra. De algún modo, hay un intento de plantear dramáticamente la experiencia de la duración. A su vez, me gustó la posibilidad de jugar con la convivencia de dos temporalidades: la de la conversación, inmóvil, enrollada y desenrollada en sí misma, y otra, convencionalmente cíclica, la del paso de las estaciones. Eso finalmente me llevó a elegir dos ámbitos, el interior y un anexo que le llamamos, también como convención, “jardín”. Hay otra dimensión que casi no se menciona porque es casi una perogrullada, pero que es la condición expresiva de todo lo escénico: es el afuera, donde transcurre un lenguaje envejecido y mortal.
Funciones Martes 21 h
Espacio Callejón. Humahuaca 3759. TE 4 862 1167
CRÍTICA. Revista Veintitrés. Por Luis Mazas (20/4) BUENA ***



Crítica de Adriana Francia (2/5)  


mayo 02, 2016


La vida probable

Cinco jóvenes se encuentran reunidos en la casa de uno de ellos, el cual está obsesionado con la vida de las hormigas y cómo pueden adueñarse del mundo. 

Cuando se están despidiendo, un presagio desfavorable los frena.

A partir de allí el tiempo transcurre, y ellos continúan ahí, atrapados, sin poder alejarse de ese lugar incómodo y conocido. Hasta el final ¿sorpresivo?

Muy bueno el recurso de las luces para marcar las estaciones y el recitado de las noticias con las que se comunican entre sí, sin involucrarse emocionalmente.

Con buenas actuaciones donde se destaca la siempre expresiva María Viau, y dirección precisa de Pablo Caramelo, que también es el autor de la dramaturgia.

Una obra que habla sobre la abulia. Jóvenes aburridos, sin deseos ni esperanzas. Sacude y llama la atención sobre el tiempo que se escurre sin vivirlo.


Revista MiraBA (mayo)






























Revista VEA MÁS (6/5)


Crítica Sobre BUE. Por Amanda Jonte (6/5)




Crítica Sabor a Teatro. Por Mariela Gagliardi (17/5)

https://saborateatro.com/2016/05/03/libres-de-culpas-o-absorbidos-por-una-insignificante-especie/

La vida probable1
Una tarjeta de presentación de la obra en la que su gráfica muestra un insecto. Como si una hormiga pudiera decir en palabras lo que significa la vida, su transitar y la posibilidad de construir y destruir a su antojo.
¡Cuántas similitudes puede tener un insecto con el hombre!
La vida probable (escrita y dirigida por Pablo Caramelo) es un gran pantallazo a la tragedia y su manera de salir lo más ileso posible. Porque cinco personajes irán narrando quiénes son y qué lugar ocupan en el mundo, no por su importancia sino por lo particular en cada detalle ensamblado. Es así como estos amigos están reunidos en la casa de uno de ellos y, al parecer, las horas apesadumbradas los hacen sostener una magia inexistente y la bruma asfixiante hacerlos estallar en ira y decir cosas de las que, quizás, se arrepentirán.
Con una fuerte ideología peronista, esta historia no pretende hacer política sino hablar de la misma: escogiendo noticias amarillistas, buscando evadir responsabilidades y brindando detalles mínimos para la reconstrucción de temáticas trascendentes.
Entonces La vida probable tiene múltiples posibles lecturas. Un público erudito y conocedor de Perón, podrá salir satisfecho y feliz de la inmensa cantidad de información al respecto. En lo concerniente a quienes no son tan conocedores de la historia peronista, la obra brinda otras aristas posibles: la visual y la discursiva.
Observando la disposición del espacio escénico, del lado izquierdo se emiten las noticias que sirven a modo de disparadores -para luego enlazar un argumento a otro-; y hacia la derecha se produce la acción emotiva de cada artista -que sutil y a corazón abierto se expone para no ser juzgado por los demás-.
Claro que los cinco son amigos, que estuvieron en las buenas y en las malas, pero no dejan de ser personas imperfectas que señalan actitudes ajenas de una manera desgarradora.
El trabajo de cada uno de los actores es impecable y, como siempre, podemos deleitarnos con la presencia de María Viau que enaltece aún más la dramaturgia.
La vida probable nos acerca a ciertas emisiones televisivas, radiales y gráficas que profundizan las desgracias ocurridas en ciertos lugares del interior del país, a la vez que las entremezcla con vivencias grupales como para que sea el público quien juzgue qué noticia podría llegar a ser peor o más trágica – si las cercanas o las lejanas-.
Quizás se trate de realizar un mea culpa y asumir que toda persona tiene un compromiso y obligación tanto a nivel individual como social. Y de aquí es que se desprenden temáticas controversiales como el aborto y el homicidio culposo, definiendo que todas las acciones llevadas a cabo a lo largo del tiempo van delineando quién es quién. Pero, lo más interesante resulta ser que cada argumentación no tiene la intención de vulnerar a un otro sino a exponerlo.


Página 12. Agenda (17/5)





CRÌTICA Puesta en escena. Por Teresa Gatto (18/5)

http://www.puestaenescena.com.ar/teatro/2366_la-vida-probable.php#.Vz0O0lnMJmU.facebook

teatro » nota

Críticas | Publicado el 18 de mayo de 2016 a las 21:38 hs.

La vida probable

El espectáculo escrito y dirigido por Pablo Caramelo aborda una temática aguda, el tiempo que fluye, los discursos fragmentados por los discursos "otros" y la poesía imponiéndose a través de un carpe diem también probable.
Por Teresa Gatto
"Aquello que desde una perspectiva parece la
abrumadora victoria del presente modernizador
sobre el pasado, desde otro punto de vista 
puede ser considerado una entropía 
del espacio ocupado por el presente"
 Andreas HuyssenEn busca del futuro perdido.

Son jóvenes, irse o quedarse en casa de un amigo tal vez sea igual. Son jóvenes y están atravesados. ¿Cómo? Por la fragmentación del sujeto, por la multiplicidad de discursos que colonizan sus enunciados y también por recuerdos. Muchos de ellos asumidos en forma de poema.
Lo cierto es que los cinco artistas: Federico Iglesias, Diego López Domínguez, César Riveros, Luciana Serio y María Viau, están en un espacio que hasta tal vez pueda dar igual. Al principio cuando es noche cerrada, entre los recuerdos se imponen los invasores: son aquellas noticias catastróficas que como replicantes de Balde Runner disparan a mansalva, cada uno de ellos, con sus distintos tonos, sus diversos modos de ser, bien delimitados por el director y porque ellos, hacen un trabajo por sacar del ser de su personaje, aquello que lo diferencia del resto aunque en sus propios sintagmas, aparezca también esa suerte de exabrupto que es la mala noticia.
“Una mujer fue asesinada por su esposo cuando dormía” o "Borracho atropella a familia completa y la mata” puede ser esto o cualquier otra cosa. Las intervenciones y atravesamientos que replican no son propias. ¿Lo es su futuro?
Pero ¿Hay futuro? O están dentro de una entropía tan mayúscula que no les deja vivir el carpe diem que vendrá luego de pasada la noche, luego de los grillos, la poesía que interviene también y sesga esos momentos álgidos.
¿Pueden tener spleen los cinco amigos o esta modernidad devastadora ni les da tiempo para eso? ¿Puede ser que el  “cántale al día” se convierta en un montón de cuerpos que trajinan el estío de un día caluroso y lo sufren aún en el ocio?
Solos en medio de su propia compañía. Solos en medio de los discursos del desastre. Solos y juntos sin asombro casi porque este es el mundo en que les toca ser jóvenes. Tal vez mejor posicionados que los jóvenes de los cuentos de Boccaccio…o poseídos por los cuentos que lo inmediato y abrumador les entrega con la rapidez de un rayo.
Fijarse en el pasado resulta encantador cuando el presente se fuga y el futuro no se ve, se invisibliza y corre detrás de nosotros y no al revés.
Gran trabajo textual y de dirección de Pablo Caramelo a la que los intérpretes le rinden honores con sus personalidades definidas y disímiles. Exacto trabajo de luz de Claudio del Bianco y sonoro de Joaquín Daglio aportando climas que siempre acompañan la diégesis en la que estos jóvenes se mecen como peces en el agua en un espacio escénico bien recorrido y utilizado en su máxima posibilidad.


CRÍTICA Espectáculos de acá. Por Gabriela Maggiolo

"La vida probable" por Gabriela Maggiolo

Quedarse un rato más. 
Una obra bella, cálida, que deja una buena sensación sobre la posibilidad de un teatro de actuación, de relato, de estar presente. Sin ninguna grandilocuencia pero mucho peso específico. Una idea tan local como es un encuentro de amigos de la vida, que no se parecen pero se quieren; que se conocen mucho, que han sido testigos cotidianos de pequeñas cosas. Comienza con una cena que paradójicamente ha llegado al fin pero que una excusa, o un pretexto extiende más allá del tiempo y que provoca la aparición de la espera, los silencios meditabundos, los pensamientos extraviados, algunas confesiones. La obra ocurre en una casa de algún pueblo, y se compone de narraciones de los invitados, bueyes perdidos, noticias tremebundas, como en cualquier reunión. El transcurrir motiva que se desplieguen ante nosotros los personajes, con sus pasiones, sus miedos y sus puntos de vista. 
Hay otro plano del relato, menor, pero que toma relevancia luego; el dueño de casa está obsesionado con una hilera de hormigas que atraviesa su living. Las ha observado, conoce sus acciones y hábitos: una forma organizada se desarrolla en lo oscuro, y se fortalece sin que sea considerada por los presentes.
La obra trabaja contrastes: hay un espacio interior contenido, un living, y un gran patio arbolado que parece sin fin; el frío extremo y el calor, la quietud de esta sobremesa cansina, sin apuro, contra la hiperactividad permanente de las hormigas. 
Es vital para la eficacia de la propuesta las buenas actuaciones del elenco, la muy creíble amistad entre ellos, la capacidad de sostener sus relatos e intercalar comentarios dirigidos al público sin perder la intimidad del encuentro. La ambientación sonora es magnífica, ese silencio de campo y grillos que provoca nostalgias y que nos lleva lejos. Una dirección muy cuidada, que ha logrado una idea de espontaneidad muy auténtica y un final inesperado. 

Página 12. Agenda (24/5)




Nuestras actrices estuvieron en La lupa y el lapiz 

Rda 365. (26/5)




Crítica de Creativos sin cabeza. Por Charly Borja (13/6)
   


    

  ph charly borja 2016 - Copyright ©

'La vida probable'
Escrita y dirigida por Pablo Caramelo


De qué se trata?
Un grupo de amigos se dispone a partir, después de haber cenado en casa de uno de ellos. En ese instante, un oscuro augurio los retiene. En la dilación de la partida sucederá la obra. Esa dispersión retenida por un reflejo de supervivencia, echará mano del famoso sortilegio que protege a los cuerpos cuando deben regresar a la historia y al envejecimiento: la conversación amistosa. Hablarán hasta que la influencia del augurio se disipe o se olvide. Mientras tanto, la naturaleza, salida de su riel circular, corre sin freno hacia el bochorno. Mientras tanto, otra clase de vida crece en tamaño y en rumor: sofisticada, amenazante, justa.
   


La opinión de charly borja – junio 2016 ©

Interesante obra, su director Pablo Caramelo quien además es el autor de la misma maneja muy bien los tiempos, sobre todo los silencios que se pueden cortar con una filosa navaja, las histriónicas actuaciones de Federico Iglesias, Diego López Domínguez, César Riveros, Luciana Serio y María Viau logran creíbles momentos de intimidad que enseguida como por arte de esa maravillosa magia que tiene el teatro lo contagian al espectador.
Otro de los hallazgos de esta ‘Rara Avis del off Corrientes’ es que en la obra pasan muchas cosas y a la vez no pasa nada, es como un momentáneo lapso de tiempo que transcurre como un rayo en la inmensa planicie de la arena del espacio Callejón, dentro de una atmósfera aparentemente tranquila un tiempo aciago aguarda un desenlace tremebundo casi monstruoso llegado de un lugar en el que nadie reparó, ni los protagonistas ni sus cómplices los espectadores, todo confluye y cierra perfecto para que luego de haber asistido a este acto de fe llamado “La vida probable” la gente se vaya a sus hogares con un bichito picándole en el medio del cerebro diciéndole: ‘viste qué efímero que es todo en la vida, viste que frágil es, viste que en cualquier momento ocurre lo imprevisto y fuiste’.
  
Los rubros técnicos excelentes, desde ese sonido a grillos y demás fauna que lo ubica a uno en el medio del campo, una iluminación que bordea los tonos fríos y que apoya en mucho al proyecto y un interesante vestuario para cerrar un combo importante para esta inquietante historia que por cierto está muy bien contada.
Diferente, para dejarse estar y contemplar desde un punto no tan distante y no tan ajeno a lo que pase, “La vida probable” es una obra extraña que va más allá de lo que pretende contar y que nos plantea algunas e importantes banalidades de la vida.
   
 Acerca de la Compañía LOS IMPACIENTES
se formó en el año 2013 por un grupo de actores egresados de la Universidad Nacional del Arte (UNA), que fueron convocados por el actor, director y dramaturgo Pablo Caramelo. En las distintas oportunidades de trabajo de nuestra compañía, reconocemos cierta inquietud por indagar en la retórica y los sujetos, o más precisamente en el tipo de relación entre las distintas modalidades retoricas y los cuerpos y subjetividades. Nos interesa la historia contemporánea de nuestro país en su modalidad discursiva y en cómo se la ingenia para atravesar a los sujetos y hacerlos sostener determinadas cosmovisiones, y de qué manera esos sujetos generan dramáticamente sus frágiles metáforas privadas para escamotearse a sí mismos del flujo histórico y sobrevivir. Nuestro primer acercamiento como compañía fue en el año 2009 donde Pablo Caramelo dirige a gran parte de este grupo de actores en la obra “La enfermedad de la juventud” de Ferdinand Bruckner, haciendo temporada en la Universidad Nacional del Artes como un proyecto de extensión académica y participando del Encuentro Nacional e Internacional de Carreras Universitarias de Teatro (ENICUT) organizado por La Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza. El espectáculo “La Vida Compartida” estuvo con temporada en la cartelera porteña en el año 2014/ 2015, participando en el Festival Político de la Legislatura porteña en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Actualmente la compañía está por estrenar en el mes de abril en la cartelera porteña su segundo espectáculo llamada “La Vida Probable”.









Crítica de Paratexto. Por Christian Schmirman (12/7)


Enalgún lugar del interior bonaerense, una casa rural que da a la ruta. Adentro, en el living, un grupo de cinco amigos se dispone a volver a sus casas, terminada la cena. Pero algo los detiene, los hace estirar el encuentro. Esta noche, que se forja a fuerza de desvelo, es el espacio que ocupa La vida probable: un drama coloquial, realista y crítico, donde el lenguaje es intervenido por géneros inusuales, extranjeros: la poesía y las noticias, haciéndose cargo de lo que la prosa dramática desea enfrentar.



Una abulia desesperante pesa sobre los cuerpos de los protagonistas, que se van presentando de cara a la platea, atravesando la formalidad de la cuarta pared con misteriosa naturalidad. A medida que avanza la pieza, y la noche de la diégesis, se rellena el encuentro extendido a fuerza de pretextos, café y juegos de mesa, mientras los personajes se acomodan en una intimidad develada, más allá del sueño, dejando ir la ropa para mostrarse más auténticos, contradictorios y humanos.
El espacio, cortado en un interior y un exterior, es el entorno para la parsimoniosa gravitación de estos seres que hablan. En los ovillos que se arman y enredan, aún entre los blancos, se asoma la historia política reciente y la tradición, una idea de país y de destino. Teatro reflexivo, de ideas, exteriorizado y puesto en escenaLa vida probable acaba por insinuar miserias ínfimas, desesperaciones contenidas y terrores paranoicos ahogados en la trivialidad de las rutinas, en la sofocante conversación amistosa.

↑ En Espacio Callejón, los martes a las 21 hs.


Crítica de Revista Lucarna. Por Carmela Marrero




Por Carmela Marrero Castro.

Definir la existencia y cargarla de significado es una constante en el ser humano, es un cuestionamiento que recorre nuestras prácticas cotidianas y que emerge de manera intermitente entre el caos y la armonía del universo. Y así nos debatimos, entre el vacío y la completitud de la existencia.

La vida probable es una obra que se construye en y desde la contradicción y, de esta manera, recupera el dilema mismo de la existencia: palabras que no siempre comunican, decisiones que se diluyen en la inacción, personas que pueden develar sus intimidades frente un público desconocido pero no frente a sus amigos, mostrar la desnudez corporal y cubrir los sentimientos más íntimos.

Tanto la situación como la puesta en escena son, en apariencia, muy simples. Asistimos al encuentro entre cinco amigos que se debaten entre terminar la reunión y partir o quedarse un rato más y estirar la reunión. El escenario se divide en dos espacios claramente delimitados. Uno es el living, donde los personajes se encuentran para conversar, y el otro es el patio, que pareciera configurarse como un espacio más propicio para la reflexión personal, ahí donde el encuentro con uno mismo es posible aunque no siempre claro o explícito. Así, el interior y el exterior también están en conflicto.


Algunos recursos dramáticos utilizados en esta propuesta hacen evidente su distancia con el teatro realista en el que el espectador es invitado a hacer pacto y sumergirse en el devenir de una historia. La ruptura con la cuarta pared y la reiteración en el uso de determinadas textualidades (los personajes repiten incesantemente diferentes noticias en un tono que imita al periodístico) alejan al espectador de su lugar pasivo y, dado el extrañamiento construido en este artificio, lo movilizan hacia la reflexión y el cuestionamiento: ¿por qué se repiten incesantemente las noticias? ¿Por qué los personajes se presentan entre sí de cara al público en vez de construirse simplemente en la diégesis dramática? ¿Por qué las anécdotas personales no terminan de comunicarse y quedan obturadas por las noticias intrascendentes del pueblo o del país?


Con todo, se trata de una obra que a pesar de su aparente sencillez contiene cierta complejidad: la de evidenciar que no todo puede ser dotado de sentido y la de aceptar que la contradicción es parte constitutiva de nuestra existencia. 


Nota a Pablo Caramelo. Juntos a la tarde. FM Plus 





Crítica de Revista Llegás. Por Vera Czemerinski





Crítica de La Nación. Por Jazmin Carbonell (16/8)


http://www.lanacion.com.ar/1928409-tiempo-para-el-hastio-y-el-descubrimiento

Tiempo para el hastío y el descubrimiento

LA NACION
MARTES 16 DE AGOSTO DE 2016
El aburrimiento de cinco treintañeros
El aburrimiento de cinco treintañeros. Foto: Prensa
450
La vida probable / Dirección y dramaturgia: Pablo Caramelo /Intérpretes: Diego López Domínguez, Federico Iglesias, César Riveros, Luciana Serio, María Viau / Luces: Claudio Del Bianco / Diseño sonoro:Joaquín Daglio / Asistencia de preparación corporal: Marisa Villar / Asistencia de dirección: Blacky Di Desidero / Sala: Espacio Callejón, Humahuaca 3759 /Funciones: martes, a las 21 / Duración: 60 minutos / Nuestra opinión: buena
Menos mal que estos cinco amigos treintañeros no descubrieron el universo on demandni la cantidad de series habidas y por haber porque a su abulia y aburrimiento se les sumaría una pérdida total de tiempo y una incapacidad para encontrar, al menos, momentos como éste, como el que veremos en escena, ese rato que comparten desde el hastío imposible que significa vivir en ese lugar y a esa edad.
Lo interesante que tiene la puesta de Pablo Caramelo es que logra transmitir un estado: la pesadez, el bodrio, el no tener nada pero absolutamente nada que hacer más que juntarse en la casa de alguno de los cinco y charlar, dormir, comer, fumar, nada, lo que se dice nada. Pero claro, la nada tiene esa potencia y en el fluir de las horas aparecen las particularidades. Es que hace falta tener tiempo para descubrirse. Ya el teatro lo viene anunciando. El tiempo, el bendito tiempo que escasea, parece que hay que ir a buscarlo a otro lado. Por eso Caramelo la sitúa en las afueras de Junín; para los oriundos de la zona las referencias son claras, para los demás poco importa porque puede ser Junín o cualquier ciudad chica o pueblo. Lo que sí importa es que los protagonistas tienen tiempo para aburrirse.
En varias oportunidades los cuatro invitados amagan irse, se ponen sus abrigos, se despiden y algo los detiene, es que ninguno tiene mucho que hacer en otro lado, así que mejor quedarse y conversar. Pasa el tiempo. Se vuelve pesado, se siente físicamente y se convierte en un personaje más. Además del sillón, otra pieza clave. Porque este living de sillón y mesa ratona va a abandonar las problemáticas de familia que siempre se alojan en él y, en cambio, va a mostrar el aplastamiento que van viviendo sus ocupantes, que terminan literalmente durmiendo, semidesnudos, todos amontonados sobre él.
Las luces irán cambiando a medida que el tiempo avance, lo marcarán aunque a los protagonistas no les importe en lo más mínimo. Pasarán del frío de la noche al calor aplastante del mediodía, pero ellos, impávidos, siempre monocordes, se mantendrán firmes en el desgano. El sonido de ambiente es otra herramienta que construye el universo: de noche chicharras y el canto de pájaros para marcar el amanecer. Así la platea puede inquietarse ante semejante tedio. Las actuaciones acompañan de maravillas la propuesta, cada uno de los actores encuentra algunos gestos donde apoyarse y mostrar la apatía de estos jóvenes.
Si en algún momento se asoma la idea de que puede haber mayor tensión, cuando después de hablar sobre noticias ajenas uno expone una suya, dramática y moralmente cuestionable, es acallado por otro que sube alto el volumen de la música para que Bowie con su "Life on Mars..." nos dé mayores pistas. ¿Habrá vida al menos fuera de esa casa? Es una probabilidad.




No hay comentarios:

Publicar un comentario